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Sara Montiel y Enrique Vera

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Desmemoria. La actriz de Campo de Criptana estaba en posesión del Escudo de Oro de la Ciudad. Y en El último Cuplé tuvo de compañero de reparto al torero almeriense Enrique Vera
21 Abril, 2013 - 01:00h

Con escasas horas de diferencia dos mujeres tan opuestas -salvo en la avanzada edad, octogenarias- como Sara Montiel y Margaret Thatcher han abandonado este valle terrenal cada vez más lacrimógeno. Dada su relevancia artística y política, el tratamiento mediático era el previsible. Pero yo también he sentido menos la marcha de la dama desmanteladora social británica que la muerte de la paisana de Dº Quijote… ¡De pide pan y moja debieron saber los huevos fritos con ajos al estilo de La Mancha que, afirmaba, le preparó a Marlon Brando en Hollywood; una Meca que se podría haber zampado (Yuma, Veracruz) con aquel porte de rompe y rasga, piel tersa y ojos negros de hurí sensual!

Al hilo de la actualidad, me leí todo el fárrago de páginas necrológicas en prensa, aunque las locales me chocaron por lo livianas y sin chicha en cuanto a la vinculación de Mª Antonia "Saritísima" Abad con Almería. Nulas si trata del nexo cinematográfico con el torero Enrique Vera García. La sorpresa se extiende a los tertulianos de café, opinadores y habituales de "cartas al director" que nos ilustran diariamente con sucedidos personales. ¿Tan desmemoriados somos? Quizás no. Quizás sea solo desconocimiento y pereza a la hora de reivindicar a nuestros valores patrios.

La primera y única vez, que yo sepa, que visitó Almería fue en 1969 para promocionar "Esa mujer", dirigida por Mario Camus y producida por Cesáreo González, en la que "nuestra refulgente actriz internacional" es una tonadillera (ex misionera en África) acusada de un asesinato no probado. A título de curiosidad, ahí interpreta "Canta guitarra", del abderitano Ortíz de Villajos El multitudinario estreno tuvo lugar en el cine Imperial, construido por la sociedad Bertiz-Orozco sobre el primitivo campo de fútbol del Huerto de los Cámaras (Avda. Pablo Iglesias). Llegó en avión el viernes 16 de mayo, hospedándose en el Gran Hotel. Al día siguiente presidió una mesa petitoria -frente al edificio de Sindicatos- de la cuestación de la Lucha contra el Cáncer y fue recibida en el Ayuntamiento por el alcalde Paco Gómez Angulo, quien le impuso el Escudo de Oro de la Ciudad (la concesión no figura en acta Plenaria ni de la Comisión Permanente).

En su despacho, tras deshacerse en elogio hacia el clima y playas, prometió regresar a Almería en la Feria y adquirir un chalet donde residir en verano. Ambas promesas quedaron en agua de borrajas. Sí le dio tiempo de asistir por la noche en los aljibes de Tenor Iribarne a un ágape en su honor en el que disfrutó con las voces de Pepe Sorroche y Paco el Mellizo y la guitarra de Gabriel Amate. Junto a una Sara de turbadora belleza posan, además, Cristóbal Castillo, copropietario del Bar-restaurante Imperial, un camarero de éste (Vidal) y Antonio Sorroche.

ÚLTIMO CUPLÉ
Estrenada en 1957, el drama musical dirigido por Juan de Orduña se convirtió en la película más taquillera de lustros. Las carencias técnicas de la época y los reiterados tics castizos son ciertos, pero el calificativo despectivo de "españolada" se nos antoja excesivo y fuera de lugar. No es ni más menos que una historia de dudas y certezas femeninas, ambiciones y celos, de triunfos sonados y amargos fracasos. Un pigmalión y dos amores: de joven y ya a edad madura con un novillero (Enrique Vera, espontáneo en Las Ventas, le administró tres muletazos poderosos a un miura) ávido de triunfos, al que le ayuda a despegar. Y por medio una banda sonora con canciones entre las que sobresalen Valencia y El Relicario, de José Padilla.

Satisfechos debieron quedar con su presencia ante las cámaras ya que nuevamente fue llamado para interpretar Tarde de Toros alternando con Domingo Ortega y Antonio Bienvenida (posiblemente el más sólido guión de tema taurino rodado) y El niño de las monjas, basado en la novela del escritor almeriense Juan López Núñez

TORERO
Desde que las corridas de toros tomaron carta de naturaleza se tiende a clasificar a los coprotagonistas en función de su concepto de la lidia y ejecución. La fórmula más habitual es la de "torero de valor" o "torero de arte". Por esquematizar, al grupo de valientes pertenecerían los coprovincianos Pastoret y Nacional y al de la pinturería y elegancia Enrique Vera y Juan Luis de la Rosa. Relampaguito y Juanito Gimeno -difíciles de encasillar- gozaban de las bondades en ambos apartados.

Alguien lo consideró valenciano (al igual que al maestro Padilla por la autoría de "Valencia", himno oficioso de dicha ciudad) pero vino al mundo en la calle Las Judías, en la parroquial de San Sebastián; estableciéndose la familia prontamente en la capital levantina, donde transcurrió infancia y adolescencia. El padre, al parecer apodado "Tesorillo de Granada", figura como jornalero en el Padrón y después, también al parecer, sentó plaza de funcionario auxiliar de la Administración. Inexplicablemente, el error en la fecha de nacimiento se reitera en todos los soportes escritos a partir de la Enciclopedia Cossío (poco fiable cuando se trata de temas almerienses), incluida la indefinible lápida-monolito que el concejal Esteban Telesforo Rodríguez mandó colocar al comienzo de la Avda. de Vílches. Multiplicado por tres: no ocurrió el 27 de mayo de 1933, sino el 28 de marzo de 1932. Llámenme chuminoso, pero si el fallo se reproduce en el DNI de cualquiera de nosotros ponemos el grito en el cielo.

Posiblemente fuese el diestro más admirado y querido de todos los tiempos, junto a Julio Gómez. En su nombre fundaron una Peña (con sede en la calle Granada y plaza San Sebastián) y sus actuaciones capitalinas (15 tardes) se acompañaron prácticamente de otros tantos llenos: desde la presentación sin caballos en julio de 1949 hasta el Festival de la peña Jueves Taurinos (febrero, 1987) en que fue homenajeado. A modo de escueta ficha técnica: tomó la alternativa en octubre de 1952 en Jaén y en junio del año siguiente la confirmó en Madrid. En enero de 1953 fue testigo (en un cartel netamente local) del doctorado de Juan Luis de la Rosa (alternativó asimismo a su hermano Antonio, Juanito Gimeno y Rafael Mariscal). De novillero y matador de toros (volvió a retomar la categoría en Andorra) gozó del mayor esplendor en la década de los 40/50, incluyendo una exitosa temporada en Ecuador, Perú y Méjico. Como no es cuestión de pormenorizar aquí su biografía, resumo. Se casó con Nati, segunda generación de sastre de toreros, en cuyo taller de Madrid al frente del cual se halla ahora Enrique júnior se borda (o se bordaba) el "Capote de la Virgen del Mar" con el que ayuntamiento distingue al triunfador de la Feria agosteña. Víctima de un infarto de miocardio, falleció en su domicilio madrileño el 19 de febrero de 1993 después de una mala praxis médica hospitalaria.

Ilustraciones:
En los aljibes de Tenor Iribarne y Cartel de El último Cuplé (Internet)

Antonio Sevillano

Diario de Almería, abril 2013

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