Personajes Sencillos de Almería
UN SINCERO HOMENAJE PARA AQUELLOS ALMERIENSES DIFERENTES DE MI NIÑEZ
El historiador Antonio Sevillano hace unos años tuvo la feliz idea, de a través de la publicación de diez fascículos promovidos por La Voz de Almería, ofrecer a sus lectores las aventuras y desventuras de una serie de personajes íntimamente ligados a nosotros, que sirvieron de recuerdo para muchos de los que brincamos de largo los sesenta, y que se dieron a conocer a los más jóvenes. Personas entrañables..., diferentes, que le dieron color a nuestro paisaje, altamente conocidos por los almerienses de esos años. Lógicamente, unos tuvieron mayor protagonismo que otros. Nos referimos a Luis el de Los Perros, La niña dormida, El Fuegovivo, El Cataollas, Pepe El Habichuela, Luquitas o Paca la de los Cañamones, así a bote pronto.
Sin embargo no se pueden quedar en el olvido a otros “grandes diferentes” de la talla de Enrique El Nano, La Barbarica, La pillagatos, Diego que hora es, Juanico el de las Cunicas, Pepe el Cabeza, El gachas, El Colilla o Juan El libertario. Hemos dejado para el final a otros tres personajes previamente elegidos, que también fueron bastantes conocidos. Por ejemplo El Faba, que fue cochero en la funeraria Vieja de la calle Real y terror de las tabernas por su habilidad para no pagar, La Torreña, vendedora de lotería que tenían dos impresionantes dientes de oro y se vestía de hombre y Juanico El Tonto del que se comentaba que su padre había sido accionista del antiguo Tiro Nacional y que perdió la fortuna jugando a las cartas. Los chiquillos entonces, con su alto grado de crueldad le cantábamos “Juanico el tonto tenía un borrego, las patas blancas y el culo negro”. Había que salir deprisa porque era bastante certero con sus pedradas.
JOSE ANGEL PEREZ
El historiador Antonio Sevillano hace unos años tuvo la feliz idea, de a través de la publicación de diez fascículos promovidos por La Voz de Almería, ofrecer a sus lectores las aventuras y desventuras de una serie de personajes íntimamente ligados a nosotros, que sirvieron de recuerdo para muchos de los que brincamos de largo los sesenta, y que se dieron a conocer a los más jóvenes. Personas entrañables..., diferentes, que le dieron color a nuestro paisaje, altamente conocidos por los almerienses de esos años. Lógicamente, unos tuvieron mayor protagonismo que otros. Nos referimos a Luis el de Los Perros, La niña dormida, El Fuegovivo, El Cataollas, Pepe El Habichuela, Luquitas o Paca la de los Cañamones, así a bote pronto.
Sin embargo no se pueden quedar en el olvido a otros “grandes diferentes” de la talla de Enrique El Nano, La Barbarica, La pillagatos, Diego que hora es, Juanico el de las Cunicas, Pepe el Cabeza, El gachas, El Colilla o Juan El libertario. Hemos dejado para el final a otros tres personajes previamente elegidos, que también fueron bastantes conocidos. Por ejemplo El Faba, que fue cochero en la funeraria Vieja de la calle Real y terror de las tabernas por su habilidad para no pagar, La Torreña, vendedora de lotería que tenían dos impresionantes dientes de oro y se vestía de hombre y Juanico El Tonto del que se comentaba que su padre había sido accionista del antiguo Tiro Nacional y que perdió la fortuna jugando a las cartas. Los chiquillos entonces, con su alto grado de crueldad le cantábamos “Juanico el tonto tenía un borrego, las patas blancas y el culo negro”. Había que salir deprisa porque era bastante certero con sus pedradas.
JOSE ANGEL PEREZ
Etiquetas: Libros y Otros Artículos de Prensa
0 comentarios:
Publicar un comentario
<< Inicio