Mundo Musical Almería - Historia

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UN DÍA COMO HOY HACE 45 AÑOS, RINGO STARR DE LOS BEATLES VUELVE POR SEGUNDA VEZ A ALMERÍA PARA RODAR “EL JUSTICIERO CIEGO”

Ringo Star rodó aquí en Almería una película, y cinco años antes estuvo entre nosotros disfrutando de clima y paseándose incluso por la cuesta “Arrastro” en coche de caballos.

La primera vez fue el 9 de octubre de 1966, fecha del 26 cumpleaños de John Lennon en Almería, donde el mítico beatle no estuvo solo celebrando la efeméride. Además de su esposa Cynthia, Richard Lester y compañeros de rodaje del film “Como gane la guerra”, desde Londres se desplazó hasta el aeropuerto de Málaga su compañero y amigo Ringo Star, batería de The Beatles, y desde allí en el Roll Royce de Lennon, que lo recogió, lo trajo a Almería para compartir dicha fecha. Fiesta y alegría. El Gran Hotel fue testigo.

Su compañero Ringo se quedó ocho días con nosotros. A pesar de ser famoso en el mundo entero, a pesar de disfrutar de una fortuna personal valorada en cerca de 300 millones de libras, el batería de The Beatles ha sido siempre el patito feo de la banda más famosa de la historia de la música pop.  Relegado eternamente al papel de cuarto y último beatle, condenado hasta el fin de los tiempos a vivir bajo la aplastante sombra de Paul McCartney, John Lennon y George Harrison.

Pero Ringo Star volvería a Almería el 7 de Julio de 1971 para participar en el rodaje de la película “Blindmand”, traducida como “El justiciero ciego”, un espagueti western rodado en el desierto de Tabernas, dirigido por el italiano Ferdinando Baldi, y donde Ringo hacia el papel de “Caramelo”. Un bodrio, tal como también fuese la película de Lenonn que dirigió Richard Lester. Quizás una de las anécdotas más curiosas fue, que Ringo, igual que años antes lo hiciera Brigitte Bardort, quiso conocer al entrañable guitarrista abderitano Pepe Richoly, compartiendo ambos varias veladas juntos, mostrándole Richoly al beatle las excelencias de “la sonanta”.

JOSE ANGEL PEREZ

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LA GUITARRA ESPAÑOLA CON LA QUE JOHN LENNON COMPUSO EN ALMERIA SU “STRAWBERRY FIELDS FOREVER” LA HIZO UN ALMERIENSE
(Aportación de I. Más)

Un almeriense, García Mayoral, fue al parecer quien construyó la guitarra española con la que John Lennon compuso en Almería la canción 'Strawberry fields forever', según se daba a conocer en las jornadas del 50 aniversario de la estancia del beatle en esta provincia. La relación de Almería con The Beatles es mayor de lo que se pensaba. No solamente John Lennon rodó en esta tierra la película de Richard Lester '¿Cómo gané la guerra?' en 1966, celebrando aquí su 26 cumpleaños y componiendo la inolvidable canción de los 'campos de fresas para siempre' durante su estancia. Lennon, quien estuvo acompañado en Almería durante unos días por el batería Ringo Starr. Lennon compró una guitarra española en la capital de España cuando tuvo lugar el histórico concierto en Madrid, a un constructor almeriense. Manuel García Mayoral quien acudió al hotel donde se alojaban The Beatles para ofrecérsela el 1 de julio de 1965, algo más de un año antes de llegar a Almería. Esta guitarra sería la que utilizó Lennon para componer 'Strawberry fields forever'. Así lo puso de manifiesto el musicólogo José Crisanto Gándara, doctor por la Universidad de La Coruña, quien impartió una conferencia con el título 'Las guitarras españolas en los Beatles, la guitarra almeriense de John Lennon', durante la intensa semana en la que Almería celebró con gran variedad de actividades el medio siglo de la estancia del músico asesinado en diciembre de 1980 en Nueva York. García Mayoral se presentó en el hotel con ella y Lennon se la compró. "Ahora falta saber dónde está la guitarra. Suponemos que la tendrá Yoko Ono, porque yo logré hablar una vez con el primer hijo de Lennon, Jules, dijo que no quería saber nada de las cosas de su padre", afirmó en Almería el musicólogo gallego, ante una audiencia llegada de varias partes de España y el extranjero. "Por lo tanto ahora la pregunta es ¿Dónde está la guitarra almeriense de Lennon?"

Rescatado por JOSE ANGEL PEREZ

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Un buen artículo sobre Hey Jude







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John Lennon, Almería y todo lo demás 
(Federico Soria, en Teleprensa.net , 13 de enero de 2007.)

En julio de 2006,  se programó un curso de verano de la UAL que se titulaba “Los Beatles, su música y su tiempo”, en el que se impartieron clases y se dieron conferencias acerca de la música que hacía el grupo en los años sesenta.  La adoración, la idolatría que en Almería (o al menos en algunos medios de comunicación) ha aparecido en torno a ellos es de un surrealismo que lleva a pensar en la posibilidad de que en esta ciudad nos estemos volviendo locos.  Que una Universidad programe sesudas sesiones de conferencias en las que profundos pensadores den a conocer “aspectos musicales, sociales y estéticos”  (y hasta “trascendentes”, como se pudo leer en internet) relacionados con ese grupo es, cuando menos, sorprendente. En ese curso, un poeta y profesor de la Universidad de Granada (según El Mundo del 19 de julio de 2006) afirmó que  “Los Beatles constituyeron sin lugar a dudas uno de los fenómenos artísticos más importantes e influyentes de la segunda mitad del siglo XX”.  Un profesor de universidad debería medir sus afirmaciones cuando está hablando en calidad de experto en la materia, pues podría caer fácilmente en un insulto a la inteligencia de la audiencia.  ¿De verdad ese profesor cree que los Beatles constituyeron un “fenómeno artístico”, y que fue “uno de los más importantes” del siglo XX?.

El mismo día, el diario El País titulaba una noticia a grandes letras así:  “El método Lennon de inglés”.  De repente, el hecho banal y que todo el mundo ha realizado más de una vez,  como es el usar textos de canciones conocidas para aprender o perfeccionar un idioma, se convierte en un “método”, al parecer, revolucionario y que requiere la presencia del señor que lo utiliza (o uno de los miles que lo utilizan), el profesor de inglés Juan Carrión, el cual es traído desde otra ciudad para mostrar al asombrado oyente la genial manera de enseñar inglés que se ha inventado; o mejor dicho, que aquí los medios han  magnificado y canonizado: enseñar inglés usando la letra de “Sargento Pimienta”.  Bueno, pues ese invento fue “el acto de mayor relevancia del primer día del curso”, según se leía en la prensa. Es fácil imaginarse cómo serían los demás.

Posteriormente, hemos ido sabiendo que se va a reconstruir la casa Romero para conservar allí algunos recuerdos de Lennon. También se le está haciendo –o ya está terminada- una estatua de tamaño natural.  ¿Nos habremos vuelto locos de verdad?. Tanto ditirambo y tanta mitomanía se  merecen comentarios desmitificantes de los aspectos musicales de los Beatles, a ver a qué especie de genio estamos poniendo en los altares. Las grabaciones anteriores a 1966 y, más aún, las grabaciones piratas de sus actuaciones, demuestran que fueron mediocres instrumentistas y cantantes. Sus méritos musicales se limitaban a un simple conocimiento de los rasgueos necesarios para proporcionar los seis o siete acordes más usuales en la guitarra y unas voces débiles y muy limitadas, que sólo podían oírse con micrófono y altavoz. Con semejante equipaje no irían a ninguna parte, así que finalmente esa fue la causa de que, desde 1966 hasta su disolución, no actuaran nunca en directo. Las grabaciones posteriores a este año muestran, sin embargo, a unos músicos excelentes y con dominio de multitud de instrumentos; está claro que  no los tocaban ellos. Cuando el grupo se disuelve y cada uno de sus miembros hace su carrera independiente, nos encontramos nuevamente con unos solistas sin técnica instrumental ni vocal y hasta sin capacidad  de invención melódica. No es difícil comprender lo que sucedió para que apareciesen grabaciones con hermosas canciones estupendamente interpretadas; y es que los componentes de The Beatles, guiados ya por la poderosa industria del disco,  probablemente se limitaran a aparecer en portada de los discos y a cobrar los derechos de autor. Pero hay una surrealista explicación, encontrada  en una de las páginas WEB dedicadas al grupo, en la que se lee que dejaron de actuar en directo porque “agotados por las giras, las presentaciones, las intervenciones públicas, los homenajes, etc., the Beatles abandonan los conciertos en vivo a partir de 1966. Sus canciones también se habían hecho demasiado complejas para ser interpretadas en directo; por todo ello, se dedican a hacer discos”. Aunque parece un chiste, no lo es y, por lo tanto queda como “un cuento para idiotas escrito por otro idiota”, como diría Shakespeare, pues esta explicación les hace más daño que bien, y con ella se cumple el viejo dicho “La estulticia trabaja siempre en perjuicio propio”.

Y aquí, en Almería, le dedicamos nada menos que un curso de universidad para analizar su música, un museo, una estatua  y no se sabe qué nos proporcionará el futuro en este montaje. ¿Y por qué todo ésto; qué han hecho estos músicos por Almería?, se preguntará el lector sin prejuicios, supongo que asombrado. Nada especial, sólo que uno de ellos, John Lennon, nos visitó durante seis semanas en 1966 con motivo del rodaje de una película por los parajes de Tabernas y Cabo de Gata, y aquí se inventó una de sus canciones, a la que enseguida,  en el ambiente almeriense enrarecido de “lennonmanía”, se le adjudicó el título honorífico de “emblemática” e inspirada por el sosiego y la paz que le produjo la ciudad. Pero de eso no hay nada evidente. Si por lo menos su canción se hubiese titulado, por ejemplo,  “Cañillo Puerta Purchena forever” o “Desierto de Tabernas forever”, podríamos –si no justificar- al menos entender el asunto. Pero no, él se acordaba con nostalgia de su barrio de Liverpool y supongo que se diría por dentro: “¿Qué puñetas hago yo aquí, en esta ciudad polvorienta en el último rincón del mundo, en vez de estar en el lugar favorito de mi infancia, aquel campo de fresas?”. Pregunta a la que, creo yo,  probablemente se contestaría: “Pues qué demonios, estoy haciendo mi negocio, aprovechar una oferta de  trabajo como actor en una película, lo que me viene muy bien para olvidar los sinsabores de la reciente disolución de mi grupo; y si de paso se me ocurre una cancioncilla, pues miel sobre hojuelas”.

Pues bien, el curso universitario citado está ahí dando fe del hecho, la estatua ya está terminada (se han visto fotos en la prensa) y la casa Romero ya en restauración para crear allí un lugar de peregrinación y exibición de recuerdos. Y es de suponer que todo ello financiado con dinero del contribuyente. Por cierto, en la citada casa falta hoy la bañera en la que se aseaba el mito, pues ha sido arrancada de cuajo y llevada a otro sitio. No se sabe quién lo ha hecho, aunque es fácil imaginarse “por qué” lo ha hecho, de modo que algún día la volveremos a ver en su lugar habitual.

Así que, finalmente,  ¿qué ha sido el “caso Beatles”?. Desde luego, no un caso musical. Su inesperado éxito no se debió en absoluto a su actividad musical; eso está escrito y demostrado desde todos los ángulos: sociológico, psicológico y musical, entre otros. El  “fenómeno Beatles”, que ciertamente existe,  ha sido, y es todavía, algo enmarcado dentro de un esquema categórico más amplio, en relación exclusivamente con la sociología de las masas, en el sentido que da T. W. Adorno a este tipo de acontecimientos sociales:  “La cultura masoquista de masas constituye el fenómeno imprescindible  para que entre en acción la todopoderosa industria productiva, que deja al consumidor en la actitud del prisionero que ama su celda porque no le han dejado otra cosa a la que amar”.

Este pensamiento de Adorno –y otros escritos suyos que discurren por la misma línea- es hoy sustituído con ventaja por la filosofía del lenguaje. Así, todo este montaje de enaltecimiento es una escenificación a gran escala del llamado lenguaje o enunciado “performativo”, el cual no se limita a describir un hecho, sino que es un lenguaje en el que al enunciar una verdad, ésta se crea simultáneamente. No se ocupa de la verdad, lo verosímil o lo verdadero. Es decir, no es necesario que los hechos hayan ocurrido realmente. Basta con producir el efecto esperado, que consiste en convencer al lector o a la gente en general y obtener de ellos la aceptación de la figura de que se habla. El que hace el enuciado está engañando, pero puede que lo haga sin saberlo, pues también se engaña a sí mismo, afirma que “es verdadero lo que cree y cree que es verdadero lo que afirma”. No se necesitan demostraciones ni argumentos lógicos. Se trata de una especie de “revelación”. No hay crítica y las verdades supuestas se van magnificando sin límite ni pudor alguno. La fábula se va engordando, se le adjudica veracidad y ésta se reduce,  finalmente, a la suma de todos los errores cometidos que se van repitiendo y ampliando en cada escrito, charla, conferencia, película, etc. Se crea así una “verdad” fundada en ficciones repetidas y en errores ciegamente aceptados.  Así se crean los mitos. Así se ha creado el mito de los Beatles y así se quiere crear el mito de un John Lennon genial y casi almeriense.

En efecto, en Almería, desde determinados medios culturales, se está hablando y haciendo cosas “en un lenguaje performativo a gran escala” acerca de este personaje, al que se nos quiere meter con calzador magnificando sus logros musicales y su relación con Almería, adjudicándole así un almeriensismo que no posee en absoluto y que él ni quiso ni buscó.

Copyright by Federico Soria, 4 de enero de 2007

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Venta en Todo Colección: REVISTA FANS AÑO 1966, JOHN LENNON RUEDA EN ALMERIA UNA PELICULA LLAMADA COMO GANE LA GUERRA



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