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Axioma Teatro




Al principio de los 70 éramos jóvenes, rebeldes, comprometidos -lo daba, no sólo la edad, sino la época que nos había tocado vivir-, creíamos que el teatro era un buen instrumento para, evidentemente, la creación y la expresión artística, pero sobre todo un medio de comunicación, de conexión con la sociedad... Y con la osadía que da la inexperiencia creamos un GRUPO DE TEATRO.

Por entonces no proliferaban las escuelas, los talleres, ni los centros dramáticos sobre todo por este desierto nuestro, y el aprendizaje era intuitivo, basado en eternas horas de improvisaciones, indagando, dando palos de ciego, experimentando, descubriendo, y en esas búsquedas íbamos, al mismo tiempo, encontrándonos.

Le llamábamos el teatro "total", todos hacíamos de todo y de todas las maneras posibles. Creíamos en el teatro como una forma de lucha contra lo que no nos gustaba, estábamos convencidos del poder mediático que podía ejercer el teatro ante la sociedad, y así, con un sentido de pertenencia, con unos objetivos comunes, los integrantes del grupo, de forma lenta y laboriosa, pero inmensamente gratificante, íbamos aprendiendo el oficio, con pasión, con amor, acometiendo la artesanía del teatro también como una responsabilidad cívica, como un compromiso transformador que tenía que empezar por uno mismo, como persona, como teatrero, como ser integrado en la sociedad.

Llenos de dudas, incertidumbres, contradicciones (gracias a ellas nos ayudaron a avanzar), discursos, planteamientos entre la ética y la estética, entre lo culto y lo popular, entre lo práctico y lo discursivo, eufóricos y pletóricos de optimismo, hicimos nuestra primera declaración de principios, establecimos nuestro posicionamiento:

"...convencido de que el arte no habla de otra cosa que no sea libertad o vida, comencé una investigación existencial, haciendo de cada espectáculo una necesidad orgánica de expresar sentimientos y situaciones que supongan un compromiso real con la época..."

"...opté por un teatro de los sentidos, por la riqueza de los conceptos visuales, sin olvidar la poesía de las ideas, sin omitir los contenidos: decidido a luchar contra la disipación que amenaza con superficializar todo..."

"...se que estoy involucrado en una aventura de arte y comunicación, por eso, no puedo ingresar como una pieza más de una monótona arquitectura..."

Y llegamos a pueblos grandes o pequeños donde no existía ninguna tradición teatral, o a ciudades cuyo único contacto con la farándula eran los Festivales de España, eventos magnificadores de la cultura establecida que carecían de sentido cuando se sacaban de su marco institucional, y no creaban ningún tipo de afición o de programación permanente.

Así, que nos fuimos a la calle, a buscar al público, a convertir cualquier plaza, cualquier esquina en un teatro vivo. Y creamos grupos de teatro en nuestra tierra, un taller para enseñar lo que día a día íbamos destapando, aprendiendo, organizábamos festivales donde los grupos podían intercambiar experiencias, realizábamos foros abiertos para reflexionar, tomar posturas, marcar objetivos..., viajábamos con nuestros espectáculos y nuestras ideas por todo el país y más allá de las fronteras patrias, siempre con el espíritu de enriquecernos y formarnos en todo momento.

Fueron pasando los años. Con la consolidación de la democracia cambió el panorama teatral en nuestro país, a partir de entonces había que ser EMPRESA TEATRAL -nada más absurdo, si el mundo del teatro es deficitario casi por definición-, y nos hicimos COMPAÑÍA, había que "europanizarse".

-Como teníamos que asumir la gestión cultural, había que crear un tejido industrial, descentralizar el teatro, establecer una política teatral, ser líderes empresariales que con una buena organización interna, coordinasen, incentivasen y dirigiesen a los trabajadores, optimizando los recursos, realizando unos buenos planes de distribución, estableciendo unos métodos que después de un exhaustivo análisis de mercado se llegara a la captación de clientes..., necesitando para todo ello una amplia gama de técnicos y especialistas (¿dónde estaban?) que nos llevasen a montajes escénicos de índole estrictamente comercial, absolutamente productivos y políticamente correctos...-

Y con los nuevos retos de la alta gestión cultural y los complicados vericuetos de las distintas administraciones, surge el fenómeno de la cacería de subvenciones -con la cantidad ingente de tiempo que se pierde en los absurdos papeleos y que se quita de la creación-, la restauración o construcción de nuevos teatros sin programación pero con suelos de mármol y butacas aterciopeladas, circuitos de autonomías cerrados y superprotectores de lo suyo, redes de teatro para un elitismo clásico, escuelas y centros de arte dramático donde en lugar de enseñar las herramientas para realizar un oficio se hicieron fábricas de estrellas frustradas, programadores y gestores reconvertidos en meros agentes intermediarios de un comercio...

No podíamos ir contracorriente, había que seguir las reglas del juego, éramos una empresa teatral, si, pero seguíamos defendiendo nuestros objetivos y resistimos durante más tiempo que la mayoría:

"...Axioma es una de las pocas compañías teatrales de España que no han sucumbido ante eso de la "crisis" del teatro, que no han dejado de aprender y crecer en el mundo del espectáculo teatral, que no se han rendido ante las caducas legislaciones de los trabajadores del teatro (asimilados al de los toreros...), que no se les ha secado la imaginación ni la capacidad para contar historias, que no han recurrido al refrito de espectáculos, que no les ha dado miedo en invertir en infraestructuras, que aún no saben a que hora comienza y termina la jornada laboral, que no les ha hecho falta hacer colas ante las administraciones, que se han ganado el sueldo y la admiración golpe a golpe, verso a verso, espectáculo tras espectáculo..." Elías Palmero, del libro: El Ejido se escribe con T de Teatro. 2002.

Pero estábamos tan liados con sobrevivir entre papeles, promesas, cambios, que no nos dimos cuenta y se nos había colado la globalización. Durante más de 40 años pegados al teatro, hemos estado pegados igualmente a la vida, a la evolución de la sociedad.

Hemos sido, a veces tamiz, a veces reflejo y ahora, en unos tiempos en los que el orden mundial es absurdo y despiadado, basado en la globalización, la mentira, la barbarie, el consumismo y el liberalismo salvaje, donde lo banal adquiere carácter de importante... tiempos, en los que el ser humano es cada vez menos humano y cada vez más un número de la masa amorfa y está más despersonalizado y el mundo donde habita se ha convertido en un gran mercado, donde el hombre se compra y se vende como un producto más... la humanidad ha llegado a una fase regresiva donde todo se ha transmutado en puro comercio, mercado que es inevitable, pero que podría realizarse con otras reglas.

¿dónde estamos nosotros ahora?
¿cuál es nuestra responsabilidad ante el teatro y ante la sociedad?
¿tomar la opción de la rentabilidad frente a la teatralidad, reduciendo al teatro a una simple condición de mercancía, con lo que las parcelas creativas quedan parcialmente ensombrecidas?
¿hacer un teatro comprometido en un mundo sin compromiso?
¿vamos a ser motores de la transformación social o cómplices de esta sin razón?
Nuestras convicciones, a pesar de los pesares siguen siendo firmes:

"... dedicados al teatro casi toda una vida, más tiempo del que vivimos con nuestros padres, más años de los que pasamos estudiando, más de lo que suelen durar la mayoría de las parejas. Una relación de amor-odio, de deseo-necesidad, de ilusiones, de dudas. Algo tan fuerte que te esclaviza y te libera al mismo tiempo, que te hace perder esas perspectivas con las cuales has crecido, pero que te asoma a un universo de innumerables posibilidades..."

DE LA IGNORANCIA DE ANTAÑO, A NO ENTENDER NADA, PERO SI INTUIR

Nuestra opción, tanto en la responsabilidad creativa, como en la social, nos lleva a producir un cambio interno, derivar de nuevo hacia la artesanía, retomar el concepto y la filosofía de grupo, para conseguir unos logros encaminados a un mayor acercamiento al público.

Un artesano produce un objeto único y personificante. Arte artesanal, comunitario, alérgico a la reproducción industrial, tejido a mano, edificado con cuerpos vivos, vivido al tiempo y semejante al sueño.

Quizás seamos unos románticos incorregibles, pero estamos seguros de que si nuestras convicciones son coherentes y firmes, podremos convencer a otros, podremos provocar que el espectador reflexione, usar el teatro como arte transformador de las conciencias.

Cuarenta y un años, más de treinta producciones, seguimos con el programa ...Sobre ruedas, con 5 espectáculos ya en cartel, con Producciones Axioma y LaRue, y continuamos en sala, calle, espacios alternativos, trabajando con el cuerpo, el texto, la voz, marionetas, objetos, escenografías, recorriendo España, Europa, pueblos diminutos, espectadores primerizos, críticos, festivales nacionales e internacionales, camiones, estructuras de hierro, toneladas..., también de dudas, y una convicción, el teatro se encuentra en un túnel y su oscuridad nos afecta a todos. La intuición nos lleva a salir de él, pero desde luego, no con una huida hacia delante sino regresando a la esencia del teatro.

Intuimos, pero ¿cómo hacerlo?

2008 - Axioma Teatro



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